Alejandro Mayo, marino mercante, perdió el pulgar y un tercio de su mano izquierda en un accidente laboral a bordo de un buque atunero en aguas del Atlántico. A su regreso, Mayo entró en contacto con el Dr. Piñal y su equipo quirúrgico, lo que facilitó el desarrollo de un procedimiento de microcirugía pionero en España.
El cirujano cántabro realizó una reconstrucción anatómica por microcirugía del área que sufrió la amputación mientras el paciente, jefe de máquinas, realizaba diversas tareas en los sistemas del buque. El proceso se fundamentó en una transferencia de dedos de pie a mano, si bien las peculiaridades del caso -con la pérdida del área del trapecio de la extremidad superior izquierda- provocaron que una técnica relativamente usual se convirtiese en un enfoque quirúrgico pionero en España; del que se han hecho eco diversos medios de comunicación como Telemadrid, TVE o el área de salud de la Agencia EFE.
En un primer paso de la intervención, se efectuó una transferencia de la parte superior del dedo del pie izquierdo de Mayo y un segmento óseo con parte articular de su segundo dedo. Gracias a ambos, trasplantados con sus respectivos sistemas vascular y nervioso, el Dr. Piñal ejecutó la recreación microquirúrgica del área mutilada, que incluyó el uso de un colgajo vascularizado como tejido de cobertura.
El diseño del procedimiento eludió la técnica más habitual en estos casos, la ‘pulgarización’ del índice, que pasa por tratar de que dicho dedo sustituya las funciones del pulgar. Las diferencias anatómicas y de estructura osteomuscular hacen que, en un caso como el abordado, sus resultados estén por debajo de los obtenidos por el Dr. Piñal y su equipo tras 12 horas en quirófano.
A su vez, en el pie donante, la parte restante del segundo dedo se trasladó a la posición del dedo gordo o hallux, en la que los fragmentos no utilizados de ambos se combinaron de cara a garantizar una correcta estabilidad y funcionalidad normal.
Una vez iniciada la recuperación de la movilidad en la zona intervenida, el Dr. Piñal estima que el paciente gozará nuevamente de sensibilidad en un plazo de 5 a 6 meses.