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Dr. Del Piñal: “Las personas con supuesta distrofia simpática refleja han de rebelarse contra ese diagnóstico y buscar una segunda opinión”

11 abril, 2014

“El avance de la técnica médica y de los conocimientos de los propios profesionales tiene una relación proporcional con el descenso de diagnósticos de distrofia simpática refleja”  (Dr. Francisco del Piñal).

Una conversación sobre distrofia simpática refleja con el Dr. Francisco del Piñal no deja indiferente. Su puesta en cuestión de la propia existencia de la también conocida como atrofia de Sudeck genera polémica en la profesión médica y cierto sentimiento de desamparo en algunos pacientes con este diagnóstico.

Sin embargo mantiene, y sostendrá próximamente en foros internacionales, que la distrofia simpático refleja es un “obstáculo para el avance de la investigación médica”, además de “una forma de abandono a pacientes para los que existen soluciones reales; ellos –prosigue- han de ser siempre nuestra máxima prioridad, por encima de cualquier otra cosa”.

Dr., Ud. no solo considera que la distrofia simpática refleja es un diagnóstico erróneo en la práctica totalidad de los casos, sino que se trata de un riesgo para el paciente y la propia medicina (…).

Así es, la inmensa mayoría de las distrofias simpático reflejas no son sino una máscara de problemas subyacentes. No podemos olvidar que nuestro verdadero objetivo, nuestro compromiso real con el paciente no es ofrecerle un diagnóstico que cierre el proceso clínico, sino la curación; una curación que, por fuerza, ha de venir mejorando la calidad de la medicina que le ofrecemos.

En nuestro trabajo existe una expresión –‘satisfaction of search’ (‘búsqueda satisfecha’)- que, en esencia, alude a cuando al encontrar un primer problema el médico deja de buscar otras causas de los males que aquejan a su paciente. Esto genera errores como atribuir a un solo factor situaciones clínicas de origen múltiple.

Equipo de resonancia magnética

Pese al espectacular avance de las técnicas e instrumentos diagnósticos en las últimas dos décadas, el Dr. Del Piñal atribuye a sus limitaciones parte de la identificación de casos como supuestas distrofias simpático reflejas. En la imagen superior: equipo de generación de imágenes por resonancia magnética. Fuente: Mj-bird (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], undefined.

Bien, pero ¿qué relación existe entre esta práctica y la distrofia?.

De algún modo este proceso es el que se replica en el diagnóstico del SDSR (síndrome de distrofia simpático refleja), en detrimento de un análisis sistemático que identifique las causas –en ocasiones, muy diversas- del padecimiento del paciente.

Infinidad de personas con un diagnóstico de distrofia simpática refleja hace veinte años, por ejemplo, tienen hoy su patología real perfectamente identificada.

Pero ese diagnóstico inicial erróneo, Dr., habrá generado dificultades al paciente, entiendo.

Por supuesto. Tiene efectos negativos a dos niveles, tanto en lo clínico como desde un punto de vista psicológico.

La combinación de dolor y pruebas médicas reiteradas negativas es una tremenda carga emocional. ¿Cómo no va serlo? (…). Por ello, etiquetar a una persona como paciente de distrofia es una invitación a que baje los brazos, a que se conforme con un diagnóstico equivocado que le cierra las puertas de posibles soluciones a su patología.

Otro factor a tener en cuenta es que la medicación empleada en el tratamiento de la atrofia de Sudeck no es inocua, sino que puede acabar generando una patología per se.

De hecho, en las decenas de casos en los que he podido descartar la distrofia, hallando las causas subyacentes, uno de mis mayores retos es conseguir que el paciente abandone una medicación que no es necesaria y que le ha creado adicción.

No podemos pasar por alto las implicaciones del consumo continuado de medicación analgésica –para mitigar las molestias- y/o neurológica, con el fin de elevar el umbral de dolor. De forma especial, obviamente, en personas que no tendrían por qué hacerlo.

Aún con todo, mis argumentos no acaban aquí.

Explíquese, Dr., por favor.

Te planteo un razonamiento que puede no parecer excesivamente técnico, pero les ruego a los lectores que lo tomen en consideración: los criterios que desembocan en un diagnóstico de distrofia simpático refleja son tan amplios que cualquiera puede padecerla y, por tanto, cualquiera puede salir de ella.

Reitero que durante años he trabajado con decenas de pacientes diagnosticados con SDSR y hemos sido capaces de hallar, y tratar, su verdadera patología.

¿Cuáles son las patologías ocultas más frecuentemente tras un diagnóstico de estas características?.

En muchas ocasiones, tras el diagnóstico de distrofia simpática refleja se ocultan compresiones nerviosas subclínicas u otras patologías aún no identificadas.

Yendo al detalle. Después de un traumatismo es muy frecuente que exista inflamación. Simplificando, los nervios discurren por ‘túneles’ con espacio limitado, con lo que el proceso inflamatorio desemboca rápidamente en dolor.

Un ejemplo usual es el de un paciente con fractura de muñeca de cierta gravedad en la que o se ha producido daño directo al nervio, o bien es la propia inflamación subsiguiente la que ha generado dicho daño.

En esta situación – y volviendo sobre la idea de ‘satisfaction of search’– se tiende a tratar lo evidente, es decir, la propia fractura en si, mientras queda sin abordar la compresión nerviosa subclínica que es lo que provoca el sufrimiento continuado.

En numerosas ocasiones, la diagnosis errónea de distrofia simpática refleja enmascara daños nerviosos subclínicos ligados a fracturas en el área de la muñeca. En el vídeo superior: el Dr. Francisco del Piñal realiza una reducción de fragmentos del radio que están provocando un escalón articular.

 

Es entonces cuando llega la pregunta ‘¿cómo puede una persona sentir dolor si la fractura ha sanado correctamente?’. En demasiadas ocasiones esta interrogante acaba en una diagnosis errada.

Y su respuesta es (…).

Al menos en parte la respuesta está en las limitaciones de nuestras pruebas e instrumentos diagnósticos actuales. Disponemos de un abanico espectacular en comparación a hace dos décadas -por ejempl-, pero que se verá superado en los próximos veinte años con posibilidades que ahora no podemos ni imaginar.

La otra parte, que ya hemos mencionado, está en ciertas lagunas o simple conformismo de algunos profesionales. Como en cualquier ámbito laboral, no todos los médicos ‘rendimos’ al mismo nivel.

¿Alguna recomendación final para las personas con este diagnóstico?.  

Solo una, clara y concisa: rebélense, no se conformen y busquen una segunda opinión. Y deben hacerlo -les ruego que lo hagan, de hecho- porque una de las grandes falsedades tras el SDSR es que un paciente en ‘fase de distrofia’ empeora cuando se le interviene. Dicha afirmación carece de soporte científico.

Hay cosas que pueden resultar chocantes para el lector ajeno a nuestro entorno, pero en medicina suele aplicarse aquello de ‘las costumbres hacen leyes’. Demasiadas veces los médicos no somos capaces de romper con lo establecido.

La distrofia simpático refleja no existe, es una enorme losa sobre la investigación médica y las esperanzas de decenas de miles de pacientes. En resumen, un diagnóstico falso, en todo el sentido del término, del que nos tenemos que liberar. Quienes practicamos la medicina, los primeros (…).