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Rinoplastia: una solución óptima a problemas estéticos y respiratorios

29 noviembre, 2013

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La rinoplastia es una de las operaciones de cirugía estética más demandada en nuestro país. Tener el tabique nasal desviado, una giba o joroba dorsal o una punta de la nariz bulbosa supone una fuente de problemas psicológicos y de autoimagen para decenas de miles de personas.

Además, estas situaciones suelen ir más allá de lo estético y estar acompañadas de dificultades funcionales como problemas respiratorios; los causados por un tabique herniado o combado, sin ir más lejos.

Ejemplo de acción en procedimiento de rinoplastia: corte cefálico domal y de la crura central.

No obstante, la espectacular evolución de la técnica de la rinoplastia permite ofrecer resultados óptimos, indoloros y sin secuelas en forma de marcas o cicatrices. En este sentido, la visión y capacidad integral del cirujano plástico optimiza dichos avances y permite abordar tanto los retos funcionales como estéticos con las máximas garantías.

Hablamos al respecto con dos expertos del equipo quirúrgico de Piñal y Asociados: los Dres. Moraleda y De Piero.

Dr. Moraleda, ¿cuáles son las principales demandas de los pacientes que acuden a la clínica?.

En principio, las que ya has comentado. Se buscan soluciones a desviaciones del septum o tabique nasal, la corrección de gibas dorsales o de una punta de la nariz cuyas características incomodan al paciente.

En paralelo, también se presentan casos de estrechamiento, alargamiento, contracción e, incluso, reconstrucción del apéndice nasal en su conjunto. La rinoplastia, en sus diferentes técnicas, nos proporciona las respuestas que necesitamos.

No obstante, y es necesario recalcarlo, en ocasiones no es la apariencia sino un problema funcional, es decir dificultades para respirar por uno u otro lado de la nariz, lo que nos lleva a la práctica de una rinoplastia.

Dr. De Piero, ¿hablamos una operación compleja?.

Toda intervención quirúrgica entraña cierta complejidad en si misma. No obstante, en manos de cirujanos con la capacidad técnica adecuada la rinoplastia es un procedimiento seguro y sin riesgos para el paciente.

Depende de las necesidades y patologías de cada persona en cuestión, pero la rinoplastia se efectúa bajo anestesia general y en régimen ambulatorio. Así, tras una intervención que puede rondar las dos horas, el paciente regresa a su casa tras una noche en observación hospitalaria.

Caso de rinoplastia (1)
Paciente de 24 años que acude a la consulta para corrección de desviación de la punta nasal hacia la izquierda y tabique desviado que ocluye la fosa nasal izquierda. También presenta una punta nasal ancha y bulbosa así como giba en dorso. A la izquierda, estado preoperatorio; a la derecha, vista del resultado posterior que permite observar: corrección de la punta de la nariz, estrechamiento de la parte superior del apéndice y ausencia de cicatrices tras rinoplastia abierta.
¿Y a partir de ahí?.

Dr. De Piero: Vuelta a lo cotidiano en un periodo muy corto de tiempo. Tras la intervención, el paciente ha de llevar una escayola durante una semana, y tras dos o tres más hará vida completamente normal.

Pasado este periodo, se considera que los resultados de la intervención están en fase de consolidación durante un año, en el que se realizan revisiones periódicas para garantizar la correcta evolución del área tanto estética como funcionalmente.

¿Dolor?.

Dr. Moraleda: Algunas personas pueden tener la falsa percepción de que una rinoplastia ha de ser dolorosa, pero la realidad es que no es así. Se lo aseguro.

Dres., hablamos antes de técnicas diversas en función de los casos, ¿podrían entrar en detalle?.

Dr. De Piero: Como hemos comentado, todo depende de las necesidades de cada caso. Trataré de ilustrar este asunto a los lectores y lectoras del blog con varios ejemplos.

Para el tratamiento de deformidades en la punta, optamos por la rinoplastia abierta, en la que realizamos una pequeña incisión en la columela (la ‘columna’ que separa ambos orificios nasales).

De este modo, conseguimos un acceso directo y una perspectiva visual perfecta del área operatoria y la zona a corregir.

La aplicación de esta técnica abierta ofrece resultados previsibles, a diferencia de la cerrada, lo que incrementa la satisfacción del paciente. El ‘tributo’ por la garantía que supone: una micromarca imperceptible a simple vista, incluso rostro con rostro, en la zona de la columela.

Caso de rinoplastia (2)
Caso anterior. En estas dos imágenes adicionales, se aprecia el resultado de la rinoplastia tanto en la punta como en la eliminación de la giba o joroba dorsal. A la izquierda, situación preoperatoria; a la derecha, estado tras la intervención.

Dr. Moraleda: Por el contrario, cuando se trata de eliminar o reducir una giba o joroba en el dorso nasal, recurrimos a la rinoplastia cerrada. En esencia, ambas técnicas difieren en la zona por la que accede el cirujano al área a operar: las propias fosas nasales en el caso de la rinoplastia cerrada.

Todo depende, en definitiva, del alcance de las necesidades del paciente y la mayor o menor complejidad y extensión del procedimiento quirúrgico.

¿Algún otro aspecto técnico a destacar?.

Dr. De Piero: Sí sin duda, cuando efectuamos intervenciones que implican modificaciones de la estructura ósea de la nariz –intervenciones de alargamiento o acortamiento p.ej.- realizamos osteotomías de tipo endonasal.

¿Podría explicarnos en qué consiste, Dr?.

Dr. De Piero: Sí, la osteotomía implica ‘cortar’ el hueso y cambiar su posición, bien para retirarlo de la nariz, bien para emplearlo donde es necesario (en una operación de alargamiento o reconstrucción de una nariz dañada p.ej.). Por su parte, el término ‘endonosal’ alude a que hacemos esto ‘desde dentro’ del propio apéndice, con lo que desaparece la posibilidad de cicatrices.

Apuntaba en mi introducción a que problemas estéticos y funcionales pueden ir de la mano, ¿no es así?.

Dr. Moraleda: Así es. Nuestras mucosas nasales sufren ciclos en los que la intensidad de respiración por un orificio de la nariz es mayor que por el otro. Cuando le llega el turno a la mucosa en la que –por ejemplo– el tabique se encuentra desviado, ésta colapsa. Por ello, el paciente siente que no respira por ese lado.

A su vez, están los problemas con las válvulas secundarias de la nariz, fundamentalmente cartílago y que juegan un papel clave en el proceso respiratorio.  Si, por motivos diversos, no funcionan como deben, se presentan problemas de ventilación.

¿Cúal es el origen más habitual para estos problemas respiratorios?.

Dr. Moraleda: Diverso. En muchas ocasiones se trata de afecciones de nacimiento, en otras son fruto de traumatismos y, en cierto número de casos, surgen tras cirugías de nariz fallidas.

En sentido contrario, existen pacientes que achacan sus problemas respiratorios a catarros, ‘congestiones nasales’, etc. cuando lo que existe de verdad –se manifieste estéticamente o no– es un defecto funcional. Por tanto, me permito animarles a realizarse las pruebas médicas que darían con el origen de sus dificultades.