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Dr. Del Piñal: “If no hope is given to someone with a radius fracture, we are before lack of knowledge or just malpractice”

5 三月, 2015

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Radius or Colles’ fractures are a quite common occurrence, and –regrettably– are incorrectly addressed too often. Traditionally they have been considered wrist injuries with a good prognosis, provoking a sense of overconfidence that lead to inappropriate diagnosis and treatment. The result: many cases of patients withserious sequelae such as continuous pain or functional limitations, which become disabling in older people.

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See the original post in spanish below:

Revisando algún artículo previo sobre las fracturas de radio, Dr., es casi inevitable hacerle esta pregunta: ¿debería una persona con lesiones de este perfil tener secuelas?

La respuesta es no con independencia de la gravedad de su lesión original. Una vez más, volvemos sobre una clave determinante, delicada, pero que sería irresponsable obviar: el nivel de competencia técnica y experiencia de un cirujano hace que lo que supone un lesión grave para un profesional, sea una intervención asequible y con buen pronóstico para otro. He aquí el origen de las secuelas sobre las que me preguntas en un porcentaje muy elevado de los casos.

¿Cuál es el alcance de los efectos de una fractura de radio mal resuelta?

En esencia, ciertas trabas funcionales y dolor. En el primer caso, el de la limitación de movimiento, los pacientes, con la correspondiente ayuda médica, pueden gestionar la situación de forma bastante adecuada. Un caso bien distinto es el dolor; sin duda la secuela principal en los casos de fractura de radio mal resueltos.

Hablamos de un dolor que surge cada vez que se va a hacer fuerza, al levantarse de la cama, incluso con el simple gesto de apoyarse sobre una mesa (…) ahí está el hándicap real.

El Dr. Francisco del Piñal realiza una reducción de fragmentos del radio que están provocando un escalón articular. Las imágenes nos ofrecen una vista directa de la articulación en una fractura de muñeca.

Explicándolo en los términos más claros posibles: cuando se lleva una bolsa de la compra, por ejemplo, la muñeca está distendida, relajada, trabajamos ‘a favor de muñeca’. No obstante, al empujar, al realizar un gesto de apoyo, simplemente al abrir una puerta (…) en la zona fracturada del radio se produce un roce óseo sin la protección del cartílago o entre una sección regular y otra irregular. Es en este punto en el que comienza el sufrimiento del paciente.

A escala interna, ¿qué se está produciendo en ese momento?

Ese roce al que aludíamos genera inflamación y sangrado o microsangrado a nivel interno en la muñeca, lo que provoca no solo que el paciente padezca dolor, sino que cada vez tenga menos fuerza.

El comportamiento instintivo al sentir dolor cuando se hace fuerza con la muñeca es dejar de hacerla; esto genera una atrofia progresiva de la zona. Por tanto, la limitación funcional no se detiene en los puros efectos de la fractura mal curada, sino que tiene un carácter progresivo.

¿Estamos ante un tipo de fractura que pueda pasar inadvertida?

Sí, por varios motivos. Podemos encontrarnos con diagnósticos de fisuras en pacientes que en realidad tienen una fractura articular con escalón. Esto puede ser un calvario para quienes han sufrido un traumatismo común y se quejan reiteradamente de dolor, hasta que casi les tildan de ‘locos’.

Así, existe una grupo especialmente vulnerables a estas fracturas ‘inadvertidas’ que hemos de reseñar: las personas entre 60 y 70 años, que podríamos considerar mayores pero que –hoy en día– despliegan un alto nivel de actividad.

Estamos hablando de ‘invalidar’ a una persona, pongamos con 65 años, cuando pueden quedarle perfectamente de 10 a 20 años de vida independiente. 

Yendo aún más allá, algunas de estas fracturas en escalón están tras la diagnosis de distrofia simpático refleja, cuadros de dolor agudo presumiblemente sin etiología, pero que  la tienen en el daño articular.

Si te parece, podemos precisar más aún en las situaciones en las que se pueden encontrar los pacientes (…).

Adelante Dr.

Hay personas que han sido tratadas con un yeso o incluso con nada en absoluto; y que a su dolor reciben contestaciones del tipo ‘no sea Ud. quejica’, etc.  Por otra parte, están los pacientes con traumatismos complejos a los que se anima a resignarse a su situación de sufrimiento con ‘diagnósticos’ como ”tiene una fractura muy mala” (…).

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¿Y ya está?

Sí, en resumen es una ‘invitación’ a una vida con dolor. Como ves, tenemos pacientes mal diagnosticados, desahuciados por las limitaciones del profesional que les atiende e, incluso, un tercer grupo: aquellos cuyo cirujano no quiere ver lo que resulta una obviedad, algo que se deriva de un error propio.

Lo mejor para ilustrar ese último grupo que te señalaba es comprobarlo directamente sobre una situación concreta (imagen inferior). Si los lectores se fijan, verán cómo resulta evidente –sin necesidad de tener conocimientos médicos– que existe una malunión, es decir, que la fractura no ha ‘soldado’ como debiera.

Como puedes imaginar, este paciente ha llegado a nuestra clínica desesperado,  con unas pruebas que también había tenido delante su médico anterior.

Permítame que vuelva sobre el proceso que atraviesa el paciente en este tipo de situaciones. Imagino que afronta situaciones como medicación innecesaria, incomprensión de su entorno, bajas médicas que no puede justificar, etc.

Todo eso y más. De hecho, en lo que apuntas respecto a las bajas, algunos de estos pacientes reciben altas ‘por las bravas’ cuando el desempeño de su trabajo les produce un gran dolor por una lesión que sí existe.

Y no deberían conformarse…

Rotundamente no. Ni en éste, ni en ningún otro caso en que se padezcan secuelas asociadas a una fractura de radio. Simplemente no son aceptables.