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Fractura de muñeca: soluciones quirúrgicas y ‘prácticas erróneas’ en pacientes jóvenes y de edad avanzada

17 julio, 2013

blog13011

La fractura de muñeca supone una de las situaciones traumáticas más frecuentes a las que se puede ver sometido el organismo. En línea similar a las patologías de la mano, las fracturas de muñeca son relativamente comunes, de forma especial en adultos, e implican –a su vez– deterioros de función y movilidad, que afectan a la vida cotidiana del paciente.

Las manifestaciones de estas dolencias presentan diferencias en función del grupo de edad de los pacientes afectados. En los casos de niños y jóvenes, las fracturas de muñeca suelen asociarse a procesos de alta energía, es decir, accidentes de tráfico, lesiones deportivas, etc. mientras que en personas de mayor edad entran en juego mecanismos de menor impacto –como pequeñas caídas– o factores de degeneración ósea, como la osteoporosis p.ej.

Solución quirúrgica a fractura de muñeca de alta energía. Las imágenes muestran el estado preoperatorio del paciente (izda.) y la recuperación funcional y de movilidad transcurrido un año desde la intervención.

De forma genérica hablamos de fractura del radio distal o fractura de Colles, aunque podemos encontrarnos con variaciones como la fractura de Barton, fractura de Smith o fracturas de Pouteau-Colles, Chauffeur o fractura Die-punch.

Abordamos con el Dr. Piñal, las características, tipologías y enfoque clínico de este tipo de situaciones.

Dr., las fracturas de muñeca presentan particularidades y necesidades médicas muy diversas en función del grupo de edad, ¿no es así?

Efectivamente, podemos establecer tres categorías –a grandes rasgos– niños, jóvenes y mayores, en las que tanto los mecanismos que disparan la afección, como sus consecuencias y enfoque terapéutico difieren de manera notable.

Hablemos de los niños, ¿con qué tipo de fracturas nos encontramos?

En el caso de los pacientes pediátricos, la situación más común es la fractura en la vecindad o a través del cartílago de crecimiento. En la muñeca del niño, tras la epífisis –la parte que articula– existe una banda ‘blanda’ no calcificada por donde el hueso crece; esa es, precisamente, la zona más débil y, por ello, la que sufre la rotura.

¿Pronóstico y tratamiento?.

Son fracturas que una vez reducidas suelen estabilizarse sin dificultad, pueden responder bien a la inmovilización con yesos y gozan, con carácter general, de buen pronóstico.

Es muy inusual tener que operar, en el sentido de ‘abrir’ la zona; suele ser más frecuente, eso sí, intervenir para introducir una aguja de retención de cara a facilitar la correcta evolución del área dañada.

En cambio, Dr., en el perfil de paciente joven, el proceso de fractura incrementa ‘su violencia’, por expresarlo de un modo gráfico (…)

Cierto. En los pacientes jóvenes en plena práctica deportiva, en los trabajadores, etc. la fractura deriva de mecanismos de alta energía, esto es, la energía cinética implicada, la potencia del desencadenante es muy alta.

Esto conduce a fracturas multifragmentarias, fracturas intra-articulares de radio (C3 en la clasificación AO, conminutas) en las que el hueso se quiebra en pedazos. Este tipo de fracturas de muñeca son especialmente graves y tienen un enorme riesgo incapacitante; algo dramático en pacientes con varias décadas de vida activa por delante.

El Dr. Del Piñal realiza un procedimiento de reducción de fragmentos del radio que están provocando un escalón articular en el paciente. Vista de la articulación en una fractura de muñeca

¿Qué recomienda en estos casos?.

Operar, sin duda. Los beneficios de una operación bien ejecutada, y subrayo lo de ‘bien ejecutada’, son extraordinarios. Sin embargo, debe afrontarse con el máximo cuidado y pericia técnica; en esencia se trata de recomponer un puzle en la colocación de cuyas piezas no hay margen de error; fallos que en pacientes jóvenes, por ejemplo, pueden abocar a una artrosis precoz en la articulación.

Nuestro enfoque habitual es la cirugía por artroscopia de muñeca, en la que mi trayectoria y la de mi equipo ofrece máximas garantías y –lo que es también determinante– saca de escena posibles prácticas erróneas, al menos desde nuestro punto de vista.

¿A qué se refiere con ‘práctica errónea’?, Dr.

Sobre todo a la tendencia habitual, por desgracia, a fijar la muñeca de forma permanente tras una fractura de radio, a través de un procedimiento de artrodesis; bien debido a un mala cirugía sobre la fractura, bien a causa de un uso inadecuado del yeso. Ambas situaciones pueden intentar ‘rescatarse’ con intervenciones posteriores, pero el resultado potencial ya no es tan bueno.

Siendo claros, tras este cuadro está la incapacidad técnica del cirujano para dar solución a fracturas complejas. En más de dos décadas de ejercicio profesional, no he fijado una sola muñeca en una situación de estas características. El coste para estos pacientes en términos de pérdida de movilidad y función es demasiado alto.

En más de una ocasión me ha comentado, Dr., que los pacientes mayores suelen ser sometidos también a tratamientos, digamos, ‘poco efectivos’, ¿se repite esto en las fracturas de muñeca?.

Te aseguro que me encantaría responderte otra cosa, pero la respuesta es sí. Existe un mito arraigado, según el que las fracturas de muñeca en pacientes mayores evolucionan bien a base de inmovilización con yesos. Es falso.

En la inmensa mayoría de los pacientes mayores con fracturas desplazadas el recurso al yeso implica secuelas permanentes, que en personas de más de setenta años, por ejemplo, suponen una perdida radical de independencia funcional; pacientes que conducen, practican deporte, cuidan a sus nietos, etc. se ven obligados a abandonar estas tareas de la noche a la mañana.

En este perfil de fracturas de muñeca intervienen mecanismos de baja energía, como caídas accidentales, pero como por la osteoporosis el hueso está muy debilitado, se producen fracturas complejas que en un joven supondrían un golpe sin consecuencias.Son fracturas de radio extra-articulares en las que la cirugía -con anestesia locorregional- ofrece enormes beneficios frente a riesgos mínimos.

Además, el tiempo de los pacientes que ‘roba’ una dolencia no puede medirse por igual en todos los casos (…)

Explíquese, por favor.

Como he comentado no es así, pero imagina por un momento que las fracturas de muñeca en pacientes de 70, 80 años respondieran igual a la inmovilización que a la cirugía. En el primer ejemplo, el tiempo para que la zona recupere un estado óptimo pueden ser 8 meses; en el segundo, por la vía quirúrgica, 4 semanas.

Todo médico ha de ser consciente del valor del tiempo en los pacientes de edad. ¿Te imaginas lo que supone un horizonte de 8 meses semi-incapacitado cuando tienes 80 años?. Ahí tienes tu explicación.