En su último artículo para Clinics in Plastic Surgery el cirujano español analiza el impacto de la microcirugía en la mejora del pronóstico de los casos más graves (síndrome de la mano catastrófica), y cómo mejorar la función en los casos que se encuentran ya en fase de secuelas. Éstos también se pueden beneficiar de una cirugía razonada.
Piñal considera los cuadros graves por aplastamiento como una de las lesiones más temidas por los cirujanos de mano, que puede derivar en una extremidad inhábil e, incluso, en su amputación posterior. Todo esto, en contextos clínicos en los que es usual la aparición subsiguiente de rigidez, infecciones profundas y dolor crónico por daños óseos y neurovasculares.
En su artículo ‘An Update on the Management of Severe Crush Injury to the Forearm and Hand’ (‘Una actualización del Manejo de Lesiones Graves por Aplastamiento de Antebrazo y Mano’ , Clinics in Plastic Surgery Volume 47, issue 4, p461-489, October, 2020), el cirujano español muestra como el desbridamiento de tejidos necróticos, la fijación rígida y el uso intensivo de microcirugía para acelerar la recuperación mejoran las perspectivas de los casos de aplastamiento más severos; a través de la eliminación de los focos de infección, la reconstrucción de estructuras óseas estables o la aportación de tejido vascularizado que brinde superficie de deslizamiento.

A su vez, en este trabajo el autor ilustra como los colgajos libres adipofasciales junto con los colgajos libres formadores de hueso contribuyen a crear las condiciones adecuadas para la curación de este tipo de cuadros; en los que las transferencias de dedos de pie a mano pueden jugar un papel determinante en la mejora funcional de los defectos digitales.


Piñal plantea la necesidad de diferenciar la fisiopatología del antebrazo, la muñeca, el área metacarpiana y los dedos, para evitar la evolución de un trauma focalizado a una mano congelada con resultados más devastadores que la propia lesión original. Una separación que el texto mantiene en su análisis de patologías y tratamientos mediante casos de estudio detallados.
Desde su punto de vista, las lesiones por aplastamiento suponen un “fenomenal desafío” cuando son tratadas como urgencias, mientras que su abordaje en fase crónica requiere de “verdaderas proezas quirúrgicas”. La cirugía de reconstrucción en este tipo de casos -afirma Piñal- exige de una planificación exhaustiva, con cuatro pilares ordenados de la forma siguiente: desbridamiento, manejo óseo, estructuras neurovasculares dañadas y defectos de tejidos blandos.