Marcelino y Lucila, pacientes de dos y cuatro años de edad. Sufren lesiones severas en el pie tras accidentes con motosegadora. El Dr. Piñal aborda los daños en ambos casos con la transferencia autóloga de un colgajo vascularizado de musculo gracilis, tomado de la cara interna del muslo.
El problema
Los pacientes sufren daños graves en el área del hueso calcáneo. En el caso del niño, se trata de una intervención de urgencia por riesgo de amputación, y el impacto se extiende por el lateral del pie y alcanza al dedo gordo.
Los objetivos
Como principal objetivo del Dr. Piñal está garantizar una correcta función en las extremidades inferiores y restaurar los daños sufridos, minimizando el impacto estético de las lesiones.
El plan
El Dr. Piñal y su unidad quirúrgica diseñan sendos procedimientos de conexión por microcirugía de un colgajo vascularizado de músculo gracilis. El colgajo se transfiere a las zonas dañadas con su correspondiente estructura vascular y nerviosa. Con posterioridad se realiza una cobertura del área afectada con injerto cutáneo.
El músculo gracilis o recto interno se origina en la parte inferior del pubis y baja recto por la cara interna del muslo, rodeando la meseta tibial en su segmento interno. Solo ha de soportar cargas ligeras.
Los resultados
Ambos casos son resueltos de forma satisfactoria preservando la función de la extremidad y reduciendo la afección estética.