Las fracturas de muñeca son consustanciales a nuestra propia actividad vital. En el caso de niños y jóvenes, son fracturas de alta energía, es decir, el traumatismo se produce por accidentes de tráfico, lesiones deportivas, caídas desde altura, etc. Por el contrario, a medida que avanza la edad del paciente, en la fractura de muñeca entran en juego los mecanismos de baja energía –como pequeños ‘resbalones’– y los procesos de degeneración ósea, como la osteoporosis.
Entre los ejemplos más habituales de la fractura de muñeca: la fractura de radio distal en sus diferentes manifestaciones (fractura de Colles, Smith, Barton, etc.) o la fractura de escafoides.
Solo en fracturas de muñeca, el Dr. Piñal realiza más de 150 intervenciones al año, pero pese a su trayectoria amplia y de éxito en este campo, aún afronta desafíos, como la cirugía en fracturas de muñeca previamente intervenidas. Hablamos al respecto, a partir de la presentación de uno de estos casos clínicos.
Dr. ¿’reoperar’ una fractura de muñeca implica retos adicionales?
Sí, sin duda. Y no solo en la muñeca. Volver a efectuar cirugía sobre una fractura ya operada implica que han existido complicaciones, que la intervención previa no ha respondido a las necesidades del paciente.
Cuando operamos una fractura de muñeca, se inicia un proceso de ‘reajuste’ de la zona afectada en el que el paciente recupera su funcionalidad y ve desaparecer sus molestias.
Ahora, te ruego que le des la vuelta al razonamiento y te pongas en el lugar de personas que acuden a mi consulta con muñecas intervenidas de forma deficiente en otros lugares, muñecas que duelen, que apenas se mueven (…).
Entiendo lo que plantea, pero, técnicamente, ¿dónde radica la dificultad?.
La muñeca es compleja. Posee elementos muy diversos en interacción, que –dicho a trazo grueso– deben estar perfectamente ‘alineados’. Si una operación fracasa en mantener esa armonía, genera un problema grave, máxime cuando nos enfrentamos a situaciones consolidadas tras varios meses desde la intervención inicial.
No obstante, la mejor manera para que los lectores puedan comprender el alcance de lo que planteamos es exponiendo de forma breve un caso clínico real y, especialmente, mostrando material gráfico de los daños previos, la diagnosis y el resultado posterior.
Ejemplo clínico: En este primer vídeo se observan las evidentes dificultades de movilidad del paciente, que no se corresponden con el tiempo transcurrido desde las intervenciones previas.
Adelante entonces, Dr.
El paciente, un varón de 48 años, llegó a la clínica con ambas muñecas ya operadas. De inicio, se quejaba de problemas en su muñeca izquierda. No obstante, como vemos, las dificultades también estaban presentes en la derecha.
En resumen, padecía extraordinarias limitaciones de movilidad, que afectaban a sus tareas cotidianas, completamente evitables si el primer proceso quirúrgico se hubiese desarrollado bien.
A día de hoy, tras nuestras operaciones correctivas, como se observará a continuación, la mejora funcional y la recuperación del paciente han sido más que satisfactorias.funcional y la recuperación del paciente han sido más que satisfactorias.
Ejemplo clínico: En este segundo vídeo se constata la extraordinaria recuperación funcional del paciente tras ser sometido por el Dr. Del Piñal a intervenciones correctivas en sus dos muñecas (estado a los 10 meses).
¿Alguna conclusión de cierre, Dr.?
Sí, solo un apunte, pero muy necesario: hay esperanza de recuperación para todos los casos de fractura de muñeca, incluidos los que han sufrido operaciones fallidas varios meses atrás.f