El dolor de rodilla es un síntoma frecuente en muchas personas. Puede ser un dolor pasajero o persistente. A veces un aumento del peso o de intensidad de las actividades habituales puede ser causa de ese dolor por una simple sobrecarga sobre la articulación.

En mujeres jóvenes y en deportistas es frecuente el dolor en la zona anterior de rodilla, muchas veces por una hiperpresión en la articulación de la rótula con el fémur. Es importante evaluar que no haya una alteración del cartílago, de la congruencia articular o del eje del miembro inferior para valorar correctamente cada caso. 

El papel de la rehabilitación y musculación adecuada, así como el de evitar determinadas actividades perniciosas, es básico en el tratamiento de este tipo de dolores. La realización de infiltraciones, de ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas principalmente, puede ayudar a tratar los síntomas, pero no se deben abandonar los buenos hábitos posturales y deportivos para el correcto tratamiento del dolor.

En casos seleccionados, en donde la patología identificada es persistente en su sintomatología y susceptible de ser mejorada por una intervención quirúrgica, se somete a los pacientes a la cirugía más conveniente en cada rodilla. Las cirugías más frecuentes son artroscopias de rodilla y osteotomías de realineamiento, siempre individualizando cada caso, dado que no hay dos rodillas iguales, ni dos pacientes iguales entre sí.